domingo, 5 de diciembre de 2010

Ardo, mi nuevo amigo

Viernes 17 de Septiembre de 2010.

04:13 h.

¡Click!

Antonio levanta el percutor de su escopeta de caza y apunta hacia donde se escuchan los ruidos. Concretamente en una parte de la maleza que nos rodea.

La tensión es máxima. El miedo es un arma de doble filo, si consigues dominarlo te servirá para mantenerte con vida el mayor tiempo posible. Pero si por el contrario se adueña de ti, puede resultar un peligro para tu integridad física y la de los que te rodean. Antonio lo sabía, por eso no dudo en distraer su mirada durante un instante hacia mi posición. Imagino que el verme dentro de la furgoneta, mirando a través de la ventana con apariencia sosegada, le tranquilizó.

El sonido era cada vez mas perceptible. Las ramas comenzaron a moverse. Los músculos de Antonio se tensaron reflejando así lo preocupante de la situación. Todo pareció paralizarse cuando Antonio mantuvo su respiración.

Repentinamente y con las manos en alto, de entre la maleza salió un individuo de color negro.

¡Joder Antonio! ¡Que soy yo!

A mi no me había hablado de él, y con total seguridad, si hubiera sido yo el dueño de la escopeta instintivamente, le habría volado la cabeza. Por suerte para él, Antonio tenía nervios de acero y siempre conseguía que en el último minuto su cerebro pensara a la misma velocidad que la adrenalina que recorría su cuerpo.

El nuevo visitante, es un tipo cuanto menos, peculiar. Es tan alto como una torre, y un bigote de tipo herradura le otorga un aspecto amenazador contradictorio con el brillo y alegría de sus ojos. Tiene una enorme cicatriz que recorre su cabeza de un lado a otro. Sin duda a debido pasarlo mal en algún momento de su vida. Regresaba con mas comida en una gran mochila.

Lleva con Antonio desde mucho antes que todo esto diera comienzo. Su amistad va algo mas allá que la mera ayuda por su supervivencia.

Ya mas tranquilos junto a la hoguera, al examinar detenidamente a Ardo, así me ha dicho que se llama, puedo apreciar a una persona nerviosa e impulsiva. Da la sensación de que nunca pudo disfrutar de las cosas pequeñas que te da la vida. Creo que su mente ha ido siempre mucho mas allá de lo que la realidad le marcaba.

Sin duda, es un tipo creativo, un soñador, en tan solo cinco minutos me ha nombrado mas de doce profesiones diferentes que ha llegado a desempeñar a lo largo de su vida. Casi todas ellas de carácter creativo. Actor, músico, escritor, mago…

Ahora creo haber entendido el punto de conexión que le une con Antonio. Vistos juntos no parecen tener absolutamente nada que ver. Pero Ardo representa todo a lo que Antonio tuvo que renunciar, ahora va cogiendo otro color diferente.

Hemos estado hablando los tres hasta altas horas de la madrugada. Bueno he de decir que Ardo hablaba y Antonio y yo escuchábamos, pues otra de las muchas cualidades que tiene mi nuevo a migo, es que no creo que exista demasiada gente que le consiga hacer callar.

Ya, definitivamente nos vamos a dormir. Antonio montará guardia para que mañana pueda dormir durante el viaje a “Navalmoral de la Mata”.

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