miércoles, 10 de noviembre de 2010

Tiempo de reacción

Jueves 12 de Septiembre de 2010.


Ayer mientras escribía mis últimas líneas, Belén tuvo otra de esas horrendas pesadillas. Pobrecilla.

He estado como loca buscando algún antibiótico que me ayude a mejorar la infección que creo tener en la herida. Pero no he podido hallar ninguno. Su aspecto no es mejor que muchas de las heridas que he visto a alguno de esos seres, zombies ó como quiera que se llamen.

Mi estado general tampoco es muy bueno. Me encuentro muy débil y creo que la fiebre empieza a hacer acto de presencia. El ardor de mi piel y lo que me cuesta mantener mis ojos abiertos es signo inequívoco de ello.

Belén se ha dado cuenta de mi mal estar y me ha preguntado en varias ocasiones, que si me encontraba bien. Yo he disimulado todo lo posible, pero mis sudores y palidez descubren la mentira.

A mi se me rompió el corazón en mil pedazos cuando me abrazó y me dijo que me quiere mucho. Que ella y yo siempre juntas para toda la vida. Eso me hizo pensar en mi hermana, mis padres y el resto de la familia. Confió en que hayan sido capaces al igual que nosotras de no sucumbir ante este infierno.

Tengo que pensar en algo para salir de aquí antes de que pierda todas mis fuerzas. Mi sobrina merece tener una vida digna, después de todo por lo que ha pasado.

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