viernes, 8 de octubre de 2010

Desalentador.

Domingo 5 de Septiembre de 2010.

14:35 h.

Desde luego el panorama no es muy alentador. Algo raro está ocurriendo. No sabemos porque, pero desde el primer momento de entrada al pueblo todo parecía tener un aire extraño.

Había demasiado silencio por las primeras calles que nos encontrábamos y la ausencia de vida alguna nos hacía andar con cautela.

Al llegar un poco mas adentro, la visión no podía ser mas desalentadora. Cadáveres por todas las calles adornaban este pequeño pueblo. Casi todos habían sido desmembrados ferozmente. Piernas y brazos separados de sus dueños. Algunos de ellos habían muerto con expresiones de horror que jamás antes había visto.
Era terrible. Coches situados por el medio de las calles con las puertas abiertas como si sus dueños hubieran tenido que abandonarlos sin previo aviso.

Encontramos una tiendecita pequeña de alimentación, y el hambre nos incitó a entrar.
A pesar de la necesidad y del desastre. Yo no paraba de sentirme como un delincuente.
Susana cogía comida mientras yo vigilaba a través de un gran escaparate de manera instintiva.

No tardé demasiado tiempo en apreciar como una figura humana nos observava desde el otro lado de la calle. Agudicé la Vista justo cuando emprendió la carrera.

¡Dios mío! ¡Otro que parecía estar trastornado como Roberto! Al ritmo que corría en breves segundos se nos echaría encima.

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