viernes, 8 de octubre de 2010

Sentencia de muerte.

Miércoles 15 de Septiembre de 2010.

12:34 h.

Sentencia de muerte.
Un fuerte sonido de motor arrancado seguido de un par de acelerones, me hizo salir del trance. Retiré las manos de los oídos y abrí lentamente los ojos para comprobar lo que estaba pasando.

Susana estaba gritando: ¡Jodeos! ¡Hijos de puta! Y pisando fuertemente el pedal del acelerador, el coche salió llevándose por delante a unos tres individuos que estaban frente a ella.

Los golpes secos sonaban terriblemente cada vez que embestía a una de esas cosas y el crujir de sus huesos al pasar por encima de ellos no era mucho mas agradable.

Justo al llegar donde debería de haber girado a la izquierda para tomar la calle en la que estoy, Susana siguió hacia delante.

¿Cómo es posible? ¿Me ha abandonado? No podía creerlo, pero sin embargo, tampoco me atrevía a juzgarla. La situación se había descontrolado e imagino que el estado psicológico en el que se encontraba había hecho que se preocupara solo de salvaguardar su propia vida.

No tardó demasiado en perderse en el horizonte entre acelerones y frenazos.

Ahora si que tenía un problema de verdad. Aunque la mayor parte de los bichos habían corrido tras el coche, algún que otro rezagado permanecía aquí junto a los cuerpos masacrados sus compañeros.

Es curioso lo duros que son. Aún teniendo destrozado gran parte de su cuerpo, estos seguían moviéndose haciendo intención de levantarse.

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